martes, 28 de junio de 2016

Confié

Quedan pocos dias para el resu y yo sin poder ir. Todo es un asco. Mirando el lado bueno, empiezo el verano y puedo despejar un poco, eso espero porque como sea todo igual que a lo largo de este curso va a ser una gran mierda. Necesito que alguien me de consejos para evadirme porque me apetece de todo menos estar en casa.
Bueno, como esta semana he tenido un fallo grande en confianza, gente en la que me gustaria confiar y por mas que lo intento no soy capaz, pues voy a aprovechar para dejaros un texto acerca de la confianza.

Yo confié en ella. Eramos uña y carne, todo el dia juntas. Compartiamos desde sonrisas, hasta lágrimas. Muchas veces ella lloraba y yo le decía que no tenía de que preocuparse, que mientras yo estuviera a su lado ella siempre sería una prioridad. Llegué a pensar que lo comprendía y que era algo recíproco, pero después me di cuenta de que por mucho que ella me importase a mi, yo nunca le importaría la mitad de lo que ella me importaba.
Con el tiempo me hice daño. Y digo me hice y no me hizo, porque fui yo la que se hizo daño fingiendo que nada de eso estaba pasando cuando yo sabía perfectamente lo que ocurria. Llegué a priorizarla tanto que sus sentimientos llegaron a estar siempre por encima de los míos, daba igual que algo me hiciese feliz, que si a ella se lo hacía yo estaba dispuesta a renunciar a ello y vivir en su sombra eternamente, con tal de verla sonreir.
Estaba segura de que le debía todo, solo porque apareció en mi vida cuando mas apoyo necesitaba, cuando peor me sentía, pero las cosas no tenían porque ser siempre así. Cuando ella entro en mi vida, no lo hizo sabiendo la situación en la que estaba, no lo hizo por ayudarme porque pensase que la necesitaba, fue una de esas pocas cosas en esta vida a las que llamamos coincidencia. No se le puede agradecer a alguien algo que ha hecho sin querer, al igual que tampoco se le puede recriminar.
En el momento en el que yo me di cuenta de todo esto, ya era tarde, me había hecho demasiado daño a mi misma como para repararlo con palabras, no pude ni con actos. Había creado una situación en la que todo era siempre para ella, ella se había acostumbrado a tomar lo que quisiese sin tan siquiera preguntar, pensando que no me haría daño por esa coraza que yo siempre le había mostrado pero la había mentido. Yo no era su heroína, no era su salvadora ni estaba hecha de acero. No podía levantarme sin moratones cada vez que la vida me golpease, pero ella solo había visto el maquillaje que yo le dejaba ver.
Cuando me hizo daño y ya no lo pude ocultar más, le hize daño yo a ella, porque al haber pensado siempre que a mi no me dolía, ella no había pensado nunca en la variable de que me hubiera podido doler, y eso fue lo que realmente la mató, haber estado tan ciega como para no haber pensado en lo que podía salir mal. Anteponer sus sentimientos a los de una persona que siempre anteponía los suyos a los de ella.
Fue un lección aprendida, pero es algo que me perseguirá para siempre. Ahora me cuesta no pensar como una loca psicópata que en cualquier momento me va a pasar lo mismo. No quiero pensar asi y trato de no hacerlo, pero muchas veces los celos me atrapan pensado que ella siempre tendrá todo lo que a mi me gustaría tener, que seguira matandome para conseguirlo si le  hace falta, y aunque yo se que ella  no es así, lo pienso. Supongo que estoy tan acostumbrada a desviar siempre la atención hacia ella, que ahora no veo la atención que recibo yo.
Siempre pensé en ella primero en las buenas situaciones, ahora muchas veces su nombre es el primero que se me viene a la cabeza en las peores, y lo que lo hace más duro todavía, es el hecho de que con o sin dolor, no puedo evitar quererla con locura, porque fue ella la que me llevo hasta el punto de estar loca.

Mi imagen:




Mi frase:

'y el fuego que encendimos un día, y se apago y ahora solo quedan cenizas'
Mi video:

sábado, 18 de junio de 2016

Descartes, desastres, y vaya desastres...

La vida es injusta. Al menos eso llevan enseñandome desde que era bastante pequeña, aunque nunca había parado a pensar en lo que significaba.
Con el tiempo creces, te haces mayor y ves las cosas desde otro punto de vista. Ahora entiendo porque me decían eso. Si que es cierto que con esfuerzo y determinación conseguimos lo que de verdad queremos, pero otras veces, la esperanza no es suficiente, otras veces es la esperanza la que nos traiciona y nos brinda la desesperación.
Yo tuve esperanza. Digo tuve, porque ya no la tengo. Ya no queda nada que me asegure que vuelva a escucharle golpear la puerta de mi habitación esperando una invitación. Ya no tengo razones para esperar a que llegue, con el corazon en la mano, herido, y me pida que sea yo la que lo sane. No volveré a mirar fijamente una foto suya, porque todas desaparecieron, junto con la esperanza.
Pero siempre me quedan los recuerdos. No me equivoco ni me avergüenzo al decir que trato de huir de ellos, sé que lo hago. Pero pensar en la forma de sus labios al sonreir de medio lado, o la elocuencia al hablar; pensar en su brazo rodeándome, o en sus pupilas dilatadas de noche al mirame fijamente; recordar el sonido de su voz cada vez que pronunciaba mi nombre, haciéndome pensar que nadie podría hacerlo igual jamás, eso duele. Duele imaginarse que todo terminó de un día a otro. Duele imaginarse que no había nada que pudiese terminar, porque simplemente no había nada. Duele darse cuenta de que todas las emociones que despertaba en mí, haciendome pensar que por fin habia encontrado eso que tanto tiempo llevaba intentando encontrar, todo era producto de mi imaginación, porque sin ella no habría dado suficientes cosas por sentado como para crear esa ilusión. Si a alguien debo culpar de la crueldad de haberme arreglado el corazón para hacerlo pedazos de nuevo es a la ilusión y a la esperanza. Me deje engañar por la mas maga de todas las magias. Fui estúpida e incauta por tener el valor de adentrarme en un terreno que no conocía creyendo que podría hacerlo mío. Fui cobarde por pretender que todo iba a salir bien y alejar mi mente de la idea de que pudiese salir de una desagradable manera. Supongo que siempre preferimos aferrarnos a aquello que parece que menos nos va a doler, sin pensar que puede ser lo que duela más.
Ahora me aferro al recuerdo. ¿Me convierte eso en tonta? aferrarme al recuerdo de algo que no me hizo feliz. Supongo que si. Supongo que vivo de vastas suposiciones que nunca tendré como confirmar. Pero aún le veo, aún le miro, aún le siento cerca, porque esta cerca, pero no de la manera que antes pensaba que estaba. Está como el fantasma del pasado, como castigo por haber sido impulsiba, esa es mi tortura. Viviré con un sueño inalcanzable cruzando una puerta que siempre estará cerrada para mi. Quisé agarrar unas nubes, y cuando estuve lo suficientemente cerca se me escaparón entre los dedos, porque no son más que aire, los suspiros en una noche helada de todos aquellos que consiguen encontrar el calor, que se burlan de mi, por haber buscado donde no había absolutamente nada que encontrar.

Mi canción:

Mi imagen:


Mi frase:
'Los primeros en llegar al cielo, son los primeros en caer'