Bueno, como esta semana he tenido un fallo grande en confianza, gente en la que me gustaria confiar y por mas que lo intento no soy capaz, pues voy a aprovechar para dejaros un texto acerca de la confianza.
Yo confié en ella. Eramos uña y carne, todo el dia juntas. Compartiamos desde sonrisas, hasta lágrimas. Muchas veces ella lloraba y yo le decía que no tenía de que preocuparse, que mientras yo estuviera a su lado ella siempre sería una prioridad. Llegué a pensar que lo comprendía y que era algo recíproco, pero después me di cuenta de que por mucho que ella me importase a mi, yo nunca le importaría la mitad de lo que ella me importaba.
Con el tiempo me hice daño. Y digo me hice y no me hizo, porque fui yo la que se hizo daño fingiendo que nada de eso estaba pasando cuando yo sabía perfectamente lo que ocurria. Llegué a priorizarla tanto que sus sentimientos llegaron a estar siempre por encima de los míos, daba igual que algo me hiciese feliz, que si a ella se lo hacía yo estaba dispuesta a renunciar a ello y vivir en su sombra eternamente, con tal de verla sonreir.
Estaba segura de que le debía todo, solo porque apareció en mi vida cuando mas apoyo necesitaba, cuando peor me sentía, pero las cosas no tenían porque ser siempre así. Cuando ella entro en mi vida, no lo hizo sabiendo la situación en la que estaba, no lo hizo por ayudarme porque pensase que la necesitaba, fue una de esas pocas cosas en esta vida a las que llamamos coincidencia. No se le puede agradecer a alguien algo que ha hecho sin querer, al igual que tampoco se le puede recriminar.
En el momento en el que yo me di cuenta de todo esto, ya era tarde, me había hecho demasiado daño a mi misma como para repararlo con palabras, no pude ni con actos. Había creado una situación en la que todo era siempre para ella, ella se había acostumbrado a tomar lo que quisiese sin tan siquiera preguntar, pensando que no me haría daño por esa coraza que yo siempre le había mostrado pero la había mentido. Yo no era su heroína, no era su salvadora ni estaba hecha de acero. No podía levantarme sin moratones cada vez que la vida me golpease, pero ella solo había visto el maquillaje que yo le dejaba ver.
Cuando me hizo daño y ya no lo pude ocultar más, le hize daño yo a ella, porque al haber pensado siempre que a mi no me dolía, ella no había pensado nunca en la variable de que me hubiera podido doler, y eso fue lo que realmente la mató, haber estado tan ciega como para no haber pensado en lo que podía salir mal. Anteponer sus sentimientos a los de una persona que siempre anteponía los suyos a los de ella.
Fue un lección aprendida, pero es algo que me perseguirá para siempre. Ahora me cuesta no pensar como una loca psicópata que en cualquier momento me va a pasar lo mismo. No quiero pensar asi y trato de no hacerlo, pero muchas veces los celos me atrapan pensado que ella siempre tendrá todo lo que a mi me gustaría tener, que seguira matandome para conseguirlo si le hace falta, y aunque yo se que ella no es así, lo pienso. Supongo que estoy tan acostumbrada a desviar siempre la atención hacia ella, que ahora no veo la atención que recibo yo.
Siempre pensé en ella primero en las buenas situaciones, ahora muchas veces su nombre es el primero que se me viene a la cabeza en las peores, y lo que lo hace más duro todavía, es el hecho de que con o sin dolor, no puedo evitar quererla con locura, porque fue ella la que me llevo hasta el punto de estar loca.
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'y el fuego que encendimos un día, y se apago y ahora solo quedan cenizas'Mi video:

